Te escribo estas cosas, esperando ir a ti pronto, pero en caso que me tarde, te escribo para que sepas cómo debe conducirse uno en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y sostén de la verdad.
(1 Timoteo 3:14-15)
Las indicaciones que Pablo ha dado a Timoteo con respecto a los que sirven en la iglesia tienen dos objetivos, afianzar seguramente algunos aspectos, pero también dar a Timoteo la autoridad necesaria para corregir lo que deba ser corregido.
¿Por qué es tan importante que los líderes de la iglesia sean irreprensibles, honestos, sobrios, pacificadores, aptos para enseñar, cuidadosos de sus familias y todo lo que Pablo expresó en los pasajes anteriores?
Primero, porque la iglesia es del Señor, somos su casa. La iglesia no es de los hombres, de ninguno, por importante que este se sienta. Recordar esto tiene que siempre ponernos en perspectiva. Servimos al Señor, es Su iglesia, es Su pueblo, Él compró, Él salvó, Él hace crecer.
Y segundo porque la iglesia debe ser columna y sostén de la verdad. Columna que tiene dos funciones: exhibir, mostrar, hacer visible (Éfeso era conocida por el templo de Diana y sus grandes columnas) y también sostener. La iglesia tiene una misión: proclamar a Jesús, con sus palabras y con su vida. La vida de cada uno de sus miembros y de la comunidad en general.
¿Somos conscientes de que servimos al Señor y a Su Iglesia y no a nosotros mismos? ¿Somos conscientes de que la Iglesia es suya? ¿Andamos en la luz, proclamando y haciendo visible la verdad de Dios?
Qué el Señor nos bendiga hermanos!!!