*Mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas. Hijos, sed obedientes a vuestros padres en todo, porque esto es agradable al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten. Siervos, obedeced en todo a vuestros amos en la tierra, no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazón, temiendo al Señor. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien servís. Porque el que procede con injusticia sufrirá las consecuencias del mal que ha cometido, y eso, sin acepción de personas. Amos, tratad con justicia y equidad a vuestros siervos, sabiendo que vosotros también tenéis un Señor en el cielo.*
(Col 3:18-4:1)
Mujeres… sean respetuosas. Maridos…amen. Hijos… honren. Padres … sean justos. Siervos… obedezcan. Amos… sean equitativos y honrados…
¿Cómo y por qué? De corazón, por causa de Jesús, no para ser vistos, sirviendo al Señor y no a los hombres, porque Él es nuestro Señor.
Todo lo que hacemos, lo hacemos por Él y para Él. La motivación de nuestro caminar es el amor a Cristo, y es viviendo de esta manera como reflejamos su amor en el rol que nos toque desempeñar. Como hijos, padres, patrones, esposas, empleado, maridos.
Dios nos ayude a reflejarle en cada área de nuestra vida, en cada posición, en cada situación…
Dios te bendiga!