Gritar
La gente de la Biblia conocía las mismas luchas que hoy conocemos. En sus tiempos de problemas e incertidumbre, repetidamente llamaron al Señor. Dios no responde a su miedo, ni al nuestro, con juicio, desprecio o vergüenza. Cuando pasamos tiempo en su presencia, Él ofrece transformar nuestro miedo en fe y nuestra desesperación en esperanza.
Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida,
Y se traspasen los montes al corazón del mar;
Aunque bramen y se turben sus aguas,
Y tiemblen los montes a causa de su braveza.
– Salmo 46: 1-3
Oración: Señor, yo también experimento días de miedo e incertidumbre en mi vida. Vengo a ti y te llamo. Transforma mi corazón y mi mente mientras paso tiempo en tu presencia. Consuele mi corazón, renueve mi fe y estabilice mis pasos. Sé mi ayuda siempre presente mientras lidero en días inciertos. En tu nombre, Jesús, amén.