
Una moneda que se pierde
«Alegraos conmigo porque he hallado la moneda que había perdido». De la misma manera, os digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
«Alegraos conmigo porque he hallado la moneda que había perdido». De la misma manera, os digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.