Cuidado con desechar lo que parece insignificante

Comenzó luego a decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, la arrendó a labradores, y se ausentó por mucho tiempo. Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que le diesen del fruto de la viña; pero los labradores le golpearon, y le enviaron con las manos vacías. Volvió a enviar otro siervo; mas ellos a éste también, golpeado y afrentado, le enviaron con las manos vacías. Volvió a enviar un tercer siervo; mas ellos también a éste echaron fuera, herido. Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá cuando le vean a él, le tendrán respeto. Mas los labradores, al verle, discutían entre sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle, para que la heredad sea nuestra. Y le echaron fuera de la viña, y le mataron. ¿Qué, pues, les hará el señor de la viña? Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará su viña a otros. Cuando ellos oyeron esto, dijeron: ¡Dios nos libre! Pero él, mirándolos, dijo: ¿Qué, pues, es lo que está escrito: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo? Todo el que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; mas sobre quien ella cayere, le desmenuzará.

Lucas 20:9-18

Una de las actividades que muchos dueños de empresas estaban haciendo antes de COVID-19, era ir a sus empresas haciéndose pasar como empleados nuevos a fin de ver con sus propios ojos como era el desempeño de sus empleados en sus horas de trabajo.

Muchos fueron los empleados que fueron promovidos a gerentes o administradores, mientras que a otros le regalaron casas, autos o pagaron la universidad de sus hijos, etc. Sin embargo, otros no tuvieron la misma suerte pues maltrataron al jefe disfrazado siendo ásperos, celosos, y muchas veces hasta agresivos.

¿Te puedes imaginar lo que sucedió cuando a este empleado se le reveló quien era aquel nuevo empleado que había maltratado?

Algo muy parecido a lo que aconteció en el pasaje de esta mañana. Aquí tenemos a Jesús contando una pequeña historia, y entre los que les escuchaban estaban los religiosos y gobernantes del pueblo. En esta enseñanza Jesús presenta a Dios como el dueño de una viña que representa a Israel, los arrendatarios representan a los líderes religiosos del pueblo, los empleados enviados representan a los profetas de Dios, y el hijo del dueño representa a Jesucristo.

Y tal cual como los arrendatarios de la viña buscaron la manera de acecinar al hijo del dueño de la viña asimismo los líderes religiosos de Israel acusaron a Jesús frente al gobernador romano Pilato ya que él era el único que podía sentenciarlo a la muerte.

Sin embargo, tal cual como en la historia que no termina con la muerte del hijo del dueño de la viña, así tampoco terminaría la historia para aquellos que fueron culpables de la muerte de Cristo, pues la historia termina con una pregunta muy aterradora:

¿Qué piensan que hará el dueño de la viña a los arrendatarios después de que mataron a sus enviados, se quisieron adueñar de su viña y por último acecinaron a su único Hijo? Jesús dice: “El los destruirá y dará la viña a otros arrendatarios. Al escuchar esto los principales sacerdotes exclamaron: ¡Nunca suceda tal cosa! Pues entendieron que Jesús se refería a ellos.

Y aunque ellos expresaron esto, asesinar a Jesús era lo que ellos tenían en sus corazones, y lo demostraron cuando buscaron testigos falsos que hablaran en contra de Jesús e incitaron al pueblo y a Pilato a condenar a Jesús a la crucifixión. ¿Y porque pasó todo esto así? Porque formaba parte del plan de Dios antes anunciado por todos los profetas del Antiguo Testamento.

Ahora bien, ¿Qué piensan ustedes que sucederá si toda esta primera parte se cumplió tal como fue profetizado ¿Sería descabellado pensar que la segunda parte no se cumplirá? Pues no. La segunda parte también tendría que cumplirse.

Algunos piensan que su cumplimiento tuvo lugar en el año 70 d.C. cuando el imperio romano destruyó a toda la ciudad de Jerusalén. Sin embargo, creemos que aunque esta fue la primera parte de su cumplimiento, la segunda parte tendrá lugar cuando el Dios todopoderoso, el Padre de nuestro Señor Jesucristo venga a este mundo para hacer juicio a todos los impíos que han vivido como si fueran los dueños del mundo y no los arrendatarios, que han acallado la voz de los que anuncian el evangelio porque el cristianismo no les permite vivir de la manera que a ellos le parece, y que con su actitud y rechazo de Cristo manifiestan que hubiesen estado cómodos en la multitud de aquellos que en Jerusalén gritaron a Pilato: “¡Crucifícale!, ¡crucifícale!”

Si querido amigo tal cual como la primera parte tuvo su cumplimiento, asimismo tendrá cumplimiento la segunda parte donde el Señor Jesucristo regresa para condenar a la humanidad por sus pecados.

Y ante este eminente juicio final que le espera a este mundo te pregunto:

¿Cómo has vivido y estás viviendo en este mundo? ¿Cómo dueño que hace lo que quiere con su vida o como arrendatario que sabe que un día tiene que devolver el negocio? ¿Serás que cuando los predicadores han venido a tu vida para pedirte que le devuelvas a Dios lo que le pertenece, te niegas a entregarle tu vida y buscas la manera de deshacerte de ellos? ¿Serás que eres de la multitud de hombres y mujeres que cuando le mencionan el nombre de Jesús dices: “Déjalo ahí ya no me hables más de eso”?

Querido amigo lo que hoy podemos ver es solo parte de las cosas que deben acontecer en este mundo que nos acerca cada vez más a la eminente venida de nuestro Señor Jesucristo. Nunca se había generado la clase de caos que ha provocado esta pandemia en todo el mundo. Por favor no ignores esta señal que tiene el propósito de recordarte que el Dios que está sentado en su Trono Celestial es el dueño absoluto de este mundo y quien gobierna todas las cosas con la palabra de su poder.

Él ha decretado no solo estas cosas sino todas aquellas que acontecerán en este mundo.

Por lo cual te invito a rendirte ante el señorío de Jesucristo, confesando con tu boca y con tu corazón que Jesucristo es el dueño absoluto de tu vida, pídele que te perdone por haber vivido como si fueras el dueño de tu vida y no el inquilino, pídele perdón por haber rechazado a sus predicadores y por haber rechazado a Jesús.

En este momento habla con Dios y en oración dile: Señor Jesucristo perdóname de mis pecados, hoy quiero comenzar a vivir como tú quieres, por favor guíame a conocerte y depender de ti todos los días de mi vida.

Si has orado así, o es tu intensión saber más exactamente como poder entregarle tu vida a Cristo, te animo a contactarte con nosotros a través de los contactos a disposición que tenemos en esta página.

Querido amigo te amo, y es por el sacrificio que Jesús hizo al morir por nosotros en la cruz que aprendí lo que es el amor, y hoy te invito a que tú también experimentes el abrazo que nuestro Señor Jesucristo quiere darte.

¡Bendiciones miles!