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Un día a la vez

No Robarás

todayseptiembre 2, 2022 64

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No robarás

Ex. 20:15

¿Cómo manda Dios a amar al prójimo? Mostrando respeto por lo que es de su propiedad.

Esta es una manera interesante en la que el Señor nos pide amar a nuestros semejantes y aunque es algo que por naturaleza está grabado en nuestras conciencias, no es más que el sello de la moralidad impreso en nuestras almas.

Aunque todo lo creado pertenece a Dios, él ha ordenado las cosas de tal modo que cada persona administre una porción de lo que hay en esta tierra, algunos en mayor cantidad que otros pero todos al fin y al cabo con un derecho de propiedad de aquello que poseemos. En ese sentido, todo lo que atente contra el derecho de propiedad de un individuo o incluso de algún grupo que desee compartir una propiedad, es considerado como un Robo independientemente de la forma.

Así que, no robar, no solo es una prohibición expresa de no arrebatar lo que pertenece a otro sino de no quitar algo de otro sin su consentimiento incluso si eso no involucra el uso de la fuerza.

Hoy en día, la gran mayoría de los sistemas judiciales en el mundo legislan sobre este hecho. Solo imagina lo que sería de este mundo inmerso en maldad si nadie pudiera tener el derecho de proteger lo que le pertenece. Así que este es uno de esos mandatos que no solo nos permiten mostrar amor al prójimo, sino que de paso sostiene el sistema de este mundo.

Pero estos mandamientos no son de una sola cara. Aunque hay una prohibición explícita a no hacer algo, también hay un aspecto positivo implícito. En palabras de Pablo en Efesios: “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.”

Como vemos, la otra cara de este mandamiento es la laboriosidad, el trabajo con nuestras propias manos para compartir con aquellos que tienen necesidad. De modo que no se trata solo de respetar la propiedad privada, sino de compartir con aquellos que no han sido tan favorecidos.

Esto una vez más nos lleva al Evangelio de Jesucristo, a imitar su sacrificio, pues él siendo rico se dio por  nosotros y por nuestros pecados.

Bien hacemos en seguir su ejemplo, en compartir de lo que Dios nos ha dado con otros que padecen necesidad. Que Dios nos permita participar con generosidad dando a otros lo que él nos ha permitido disfrutar.

Para meditar y profundizar: 2 corintios 8:1-15

Jacobis Aldana (171)

Está casado con Keila y es padre de Santiago y Jacobo. Jacobis sirve en el ministerio pastoral desde 2010. Es licenciado en Teología del Seminario Teológico de Miami (MINTS) y actualmente candidato a Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary. Ha servido como director editorial en Soldados de Jesucristo y es miembro fundador de la Red de iglesias Bíblicas del Caribe Colombiano y también trabaja como maestro-directivo de la fundación de Estudios Bíblicos Alfa y Omega.

Escrito por Jacobis Aldana

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