El templo será destruido
Y cuando oigáis de guerras y disturbios, no os aterroricéis; porque estas cosas tienen que suceder primero, pero el fin no sucederá inmediatamente.
Y cuando oigáis de guerras y disturbios, no os aterroricéis; porque estas cosas tienen que suceder primero, pero el fin no sucederá inmediatamente.
«En verdad les digo, que esta viuda tan pobre echó más que todos ellos; porque todos ellos echaron en la ofrenda de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para vivir».
Cuídense de los escribas, a quienes les gusta andar con vestiduras largas, y son amantes de los saludos respetuosos en las plazas, y de ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes.
Han visto a Jesús sanar a los enfermos, lo han oído enseñar con sabiduría, lo han visto dominar las tormentas, expulsar a los demonios y hasta resucitar a los muertos. ¿Quién puede hacer estas cosas?
Desde las Escrituras Jesús les recuerda que el Reino de los Cielos no está atado a minúsculas limitaciones, es un Reino superior, con valores y propósitos más elevados.
Entonces Jesús les dijo: «Pues den a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios». Y no podían sorprender a Jesús en palabra alguna delante del pueblo; y maravillados de Su respuesta, se callaron.
La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo? Todo el que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; mas sobre quien ella cayere, le desmenuzará.
y le dijeron: «Dinos, ¿con qué autoridad haces estas cosas, o quién te dio esta autoridad?». Jesús les respondió: «Yo también les haré una pregunta; quiero que me digan: El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres?».
El contraste son los escribas, fariseos y prominentes, que no pueden reconocer esta autoridad, porque no pueden reconocer su identidad como el Mesías.