SI DIOS EXISTE…
Carl Arne Horstran 10/18/2021
Si realmente hay un Dios, supuestamente, bueno, ¿por qué permite el sufrimiento y la maldad?
Te suena verdad. Quizás sea una de las preguntas que más veces se haya formulado desde que
el hombre es hombre y la mujer es mujer. Para algunos se trata de una mera excusa, con el fin
de no tener que afrontar el desasosiego de su propia alma, o tomar postura ante una posible
existencia de Dios. Para otros, en cambio, se trata de una pregunta totalmente honesta,
fundamentada en su inquietud personal por encontrar respuestas a preguntas que perturban su
mundo interior.
Que hay sufrimiento y mal lo sabemos todos; tanto por experiencia propia como ajena. Lo que
la inmensa mayoría de la gente
ignora es la procedencia de las calamidades, la perversidad y el padecimiento. 0Jesús dijo: los
malos deseos, los robos, los homicidios vienen del corazón del ser humano. El origen del mal lo
sitúa en cada uno de nosotros. Ahora bien, a razón de esto, alguien podría argumentar: “y los
niños que no han tenido tiempo de hacer mal a nadie ¿por qué les afecta?”. Es importante
entender una cosa. El mal, como tal, no es en primer lugar una serie de actos que cometemos,
sino una realidad en la cual nos desenvolvemos día a día. Te lo explico con un ejemplo. Toda
persona que nace en España, se le adjudica automáticamente la nacionalidad española, por el
solo hecho de hallarse dentro del territorio que corresponde a esta nación; y así es con nuestro
estado espiritual: nacemos al pecado. Además, la Biblia enseña que todo el mundo está bajo el
poder del maligno, quien tiene como principal propósito robar, matar y destruir.
El resumen de nuestra situación es la siguiente: Cuando Dios creó el mundo y todo su contenido,
le cedió al ser humano su gobierno, quien, a su vez, le abrió las puertas al diablo cuando eligió
voluntariamente desobedecer a Dios. Antes de eso, el mal no existía sobre la tierra. Y entonces,
¿qué pinta el propio Dios en todo esto? si es que existe. Aquí viene la parte buena. Dios podría
en un solo instante, de un solo plumazo, acabar con este estado de maldad. Pero hay que
entender que, en ese momento, que vendrá, el mal, esté donde esté, será arrasado, incluyendo
al ser humano. Pero Dios quiere otra cosa para nosotros. Y esta es la verdad sobre el Dios
Todopoderoso. Un día decidió crear un ser distinto, con el fin de compartirlo todo con él. Lo creó
tal y como era él mismo; con la capacidad exclusiva de poder decidir. Podría haber creado
marionetas, para manejarlas a su antojo, pero no lo hizo. Así Dios, por su propia voluntad, limitó
su propio poder de acción, con el deseo de compartirlo todo con nosotros al mismo nivel. La
pregunta es ¿Querrás tú, desde de hoy, compartir tu vida con él? Por medio de la fe en
Jesucristo, es posible. Soy Carl, hasta siempre.