¿Cuál es el Propósito de nuestra Vida?

Alguna vez te has preguntado “¿Cuál es el plan eterno de Dios?” “¿Por qué Dios el Padre creó el mundo?” “¿La Humanidad?” “¿A mí?”  “¿Cuál es la intención final de Dios, nuestro Padre Eternal? “

”Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo¼en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados¼dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, En él asimismo tuvimos herencia¼a fin de que seamos para alabanza de su gloria..”

(Ef 1:3-14).

El autor Deverne Fromke explica, “Si tuvieras un hijo en quien encontraras un deleite inexplicable, ¿no sería normal que como Padre quisieras muchos más? Así mismo es con el Padre eternal, quien, por su naturaleza y su voluntad, ha deseado con propósito, tener una vasta familia de hijos e hijas de humanidad_divina, quienes serían como su Hijo Unigénito.

(He 2:10-11, 1 Jn 3:1-3).”

“Mientras más vemos su corazón, parece evidente que el Padre hace todos sus planes con su eterno Hijo en vista de que en los siglos venideros Jesucristo tenga un cuerpo glorificado en el cual presentar su propia vida y una familia de hermanos y hermanas en la cual él pueda disfrutar el compañerismo.”

“Luego al entender el propósito interno del Hijo, veremos cómo él se dedica a ayudar a su Padre realizar sus intenciones con el mismo; que El (el Padre) pueda tener una familia de hijos e hijas en quienes El pueda tener un honor, gloria, placer y deleite paternal. El Padre planea para su Hijo, mientras el Hijo vive para con el Padre.

En vista del propósito eternal de nuestro Padre, ¿Cuál debería ser nuestro propósito? El Padre nos creó, y Jesucristo nos salvó para conocerlo, amarlo, estar completamente disponible para él, de tal forma que él pueda realizar su voluntad a través de nosotros.

Nosotros completamos su propósito cuando lo buscamos a El primero, obedeciendo su propósito en el poder del espíritu Santo, permitiéndole llevarnos a ser a la imagen de su Hijo Jesucristo.

“Prosigamos a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”

(Fil 3:14).

 

Para su deleite.