Aprendiendo a Orar

Y aconteció que estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar.

Lucas 11:1

Todos sabemos cómo creyentes que la oración es un medio poderoso provisto por Dios para nuestro bien, sin embargo, la pregunta más frecuente acerca de esto es ¿cómo podemos orar? De hecho, no son pocas las personas que no oran porque argumenta no saber cómo hacerlo.

Lo primero que tenemos que decir es que no es malo no saber cómo orar. Sí, así como lo oye, no hay nada de malo en no saber cómo orar, de hecho, nadie nace sabiendo como hacerlo, así que en algún momento de la vida lo aprendemos. De hecho, los discípulos más cercanos a Jesús no sabían cómo hacerlo y es precisamente por eso que le piden al Señor que les enseñe como hacerlo.

De la misma manera que un náufrago puede morir en una isla por no saber cómo usar el encendedor que tiene consigo, así podemos agonizar en nuestra vida espiritual aún con la oración a nuestro alcance solo por no saber cómo usarla.

No saber cómo orar no solo es un desaprovechamiento de la provisión divina, sino que corremos el riesgo de hacerlo mal. El Apóstol Santiago nos dice que a veces pedimos y no recibimos porque pedimos mal, pedimos para nuestro propio deleite.

Nosotros no sabemos cómo pedir lo que conviene, de modo que debemos trabajar en desarrollar la oración en nuestras vidas de manera apropiada. Podemos empezar pidiendo al Señor humildemente por sabiduría y que nos enseñe a orar mejor, pero sin duda, la mejor manera de hacerlo es informarnos acerca de quién es Dios y cuál es su voluntad y eso no viene de otra manera que leyendo las Escrituras.

Sí, lo que quiero decir es que la manera de aprender a orar es primero conociendo al Dios a quien oramos y eso solo viene por medio de la Palabra de Dios. Allí conocemos su carácter, su soberanía y la manera en que él responde conforme a su voluntad a nuestras necesidades.

Uno de las maneras prácticas que considero útil para aprender a orar es leer los Salmos especialmente y la manera en que los distintos personajes que sostuvieron una relación con Dios oraban a él. La biblia está llena de oraciones y ellas proveen un modelo para hacer crecer y ejercitar nuestras propias oraciones.