El peligro de las relaciones desiguales

“Y te haré jurar por el SEÑOR, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito, sino que irás a mi tierra y a mis parientes, y tomarás mujer para mi hijo Isaac».”

Génesis 24:3-4 NBLA

Me encanta este relato. Es Abraham hablando con uno de sus trabajadores más leales para que fuera a su tierra a buscar una mujer con la que su hijo Isaac pudiera casarse. No eran nuestros tiempos, pero esto es lo más parecido a un pre matrimonial que pudiéramos encontrar en el Antiguo Testamento.

Abraham estaba convencido que su descendencia debía continuar por lo que tener una mujer indicada para su hijo era fundamental. Después de todo no podía ponerse en peligro la promesa de Dios de fecundar la tierra.

Hay algo que Abraham identifica muy temprano; si su hijo se casa y hace relaciones con personas que no fueran afines con su fe y sus costumbres, el fracaso estaría a la puerta.

Este es un principio importante y no solo para Todo el que busque una esposa sino para nuestras relaciones en general. Las relaciones desiguales en la biblia son vistas como peligrosas en muchos sentidos. Dios advierte directamente contra ellas. No se unan en yugo desigual con los incrédulos porque harán desviar su fe.

Esto es más importante todavía en un mundo cuyo sistema de valores es cada vez más contrario a la Palabra de Dios. Debemos ser cuidadosos acerca de a quien confiamos nuestra amistad, secretos y sentimientos.

Eso no significa que debemos hacer todo solo con gente con la que tengamos una fe común, no. En tal modo tendríamos que vivir dentro de una burbuja sin contacto con el mundo; lo que quiere decir es que las relaciones en la que tengamos que compartir nuestra intimidad, lo que somos, que involucren nuestro compromiso, debemos procurar que sean relaciones en equilibrio, que estén caracterizadas al menos una fe común pues no pueden estar dos juntos si no están de acuerdo.