Cuando la esencia del evangelio es comprometida
¿Recuerdas la historia de David y Goliat? Un jovencito, demasiado joven y demasiado pequeño para ir a la guerra recibe el encargo de llevar alimentos a sus hermanos, que sí eran soldados. Cuando llega al campamento israelita lo sorprende ver a ese filisteo gigante que se acerca cada tarde para burlarse y desafiar al ejército de Israel. David entiende la gravedad del asunto. No son sus hermanos los que están siendo ofendidos, ni siquiera es el rey, Saúl. Lo que […]