Hasta el final
Muchos de los reyes de Israel y Judá comenzaron bien pero terminaron mal. Se olvidaron, o decidieron olvidar, el mandato de Dios de reverenciarlo, escribir su ley y leer su Palabra diariamente (Deuteronomio 17: 18-20). Sus decisiones se tomaron cada vez más por miedo u orgullo, o por ambos. La Palabra de Dios contiene historias y sabiduría intemporales que hablan a la vida y al liderazgo hoy. El Espíritu lo usará para guiarte, alentarlo, entrenarlo, corregirlo e incluso reprenderlo. Deje que las Escrituras lo preparen para cada buena obra que Dios ha planeado para usted.
Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñar, reprender, corregir y entrenar en justicia, para que el siervo de Dios esté completamente equipado para toda buena obra. – 2 Timoteo 3: 16-17
Oración:
Señor, quiero terminar bien. Muéstrame cómo puedo priorizar el tiempo en las Escrituras. Deja que Tu Palabra y sabiduría me guíen todos los días de mi vida, para que yo lidere como Jesús, en cuyo nombre oro. Amén.