Había una vez

Había una vez

Érase una vez tu confianza en Jesús. Confiaste en que Él te recogería, te perdonaría y te dará un nuevo comienzo, una nueva vida. Entraste en una relación para siempre con él. Confiaste en que Él sería suficiente todos los días de tu vida. Quizás algunos días difíciles te hayan llegado desde entonces. Días en los que te decepcionaste a ti mismo y a los demás. Días en los que te avergonzaba mirarte en el espejo y mirarlo a los ojos. Días en los que el orgullo y el miedo parecían tener un control sobre ti que nadie podía romper. Jesús sigue siendo todo lo que necesitas. Su amor por usted, su perdón y su capacidad para restaurarlo, sigue siendo el mismo, una vez y para siempre.

Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre. – Hebreos 13: 8

Oración:

Jesús, gracias por amarme todos los días de mi vida. Déjame confiar en Tu amor por mí mientras vivo este día contigo. En tu nombre oro, amén.

 

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