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Estudios Bíblicos

La verdadera identidad de mi futuro Presidente

todayagosto 2, 2022 66

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Leer Lucas 20:41-44

Por más que la mayoría de nosotros estemos decepcionados de nuestros gobernantes se que en algún lugar de nuestros corazones descansa la esperanza de llegar a tener un presidente responsable que traiga soluciones a los problemas que nos agobian y eleve nuestro país a un nivel competitivo frente a las demás naciones del mundo.

Este mismo deseo junto a otros anhelos más son los que el pueblo judío ha tenido por siglos.

Y sus deseos no estuvieron fundamentados solo en los deseos de su corazón sino en la promesa que Dios les hizo de levantar de la descendencia del Rey David uno que por llevar su sangre tendría el derecho de sentarse en el trono de Israel no solo para gobernar dicha nación sino para gobernar todas las naciones desde Jerusalén como cede y capital de todas las naciones de la tierra.

Este Rey esperado es aquel que en hebreo se le llama: “El Mesías” y en griego: “El Cristo”.

Sin embargo, lo que los judíos no tenían claro era quien sería en realidad este Rey que traería orden, justicia y prosperidad.

¿Qué era lo que los judíos no sabían sobre el Mesías venidero?

Lo que ellos no sabían es lo que Jesús en este pasaje les enseña.

¿Qué les enseñó Jesús?

Antes de decir lo que Jesús les enseñó debemos recordar que en el pasaje anterior el partido religioso de los Saduceos tuvo que quedarse callado ante las asombrosas respuestas de Jesús.
Entonces cuando ellos ya no tenían más nada que preguntar entonces Jesús les hace una pregunta que al parecer les hizo estallar la cabeza. Esta pregunta tenía que ver con la verdadera identidad del Mesías.
Hasta el momento los judíos solo pensaban en el Mesías como un descendiente humano de David, que se sentaría en su trono para reestablecer su reino, pero la pregunta que Jesús les da seguramente los dejó pensando.

Jesús cita el Salmo 110:1, donde David reconoce que aquel que se sentaría en su trono no era solo su descendiente sino también su Señor.

En pocas palabras ?¿Cuál fue la pregunta que hizo Jesús?

La pregunta fue: ¿Cómo el Mesías puede ser hijo de David si David le llama “Mi Señor”?

¡wao! ¡Pero Jesús! ¿Y qué pregunta es esta? ¿Hemos quedado como locos? Estas pudieran haber sido las expresiones y preguntas de los Saduceos si ellos hubiesen sido personas humildes.

¡wao Jesús! Nos fundiste el cerebro, por favor explícanos porque creemos que eres el único que puede hacerlo.

Y aunque Jesús no dijo como se resolvía el enigma, la respuesta quedó implícita en el pasaje.

¿Cuál es la idea? La idea es que por medio de esta analogía Jesús les enseña que el Mesías no era solo un descendiente humano de David, sino que el Mesías es “El Señor” ¿Y qué significaba para los judíos que el Mesías era el Señor? Pues mucho.
?Porque la palabra “Señor” que aquí se utiliza es el hebreo “Adon” que significa “El Señor Dios”— un término que hace referencia al Dios de Israel y que refleja la autoridad del Dios Soberano, Gobernador, Amo y Dueño del universo.

De manera que siendo esto así, el Mesías no solo sería un ser humano del linaje de David sino que el Mesías esperado era el Señor Dios, el Soberano, Gobernador, Amo y Dueño absoluto de todas las cosas en este mundo.
¿Pero cuál es la repercusión de todo esto?
Bueno si como descendiente de David tiene el derecho de sentarse en el trono de Israel, como el Señor Dios Todopoderoso tiene el derecho para sentarse desde el lugar que el escoja y gobernar a todas las naciones de la tierra.
¡Aleluya!
Así que como hijo de David tiene el derecho de establecer su reino sobre Israel y como Hijo de Dios el derecho de establecer el Reino de los cielos sobre todas las naciones de la tierra.

Pero la pregunta es: ¿Cómo el Mesías lograría esto?

Él lo lograría en dos fases. La primera fase seria estableciendo su reino en los corazones de todos aquellos que de antemano su Padre celestial predestinó para heredar el reino de los cielos.
¿Cómo el Padre establecería este reino en dichos corazones?

Llamándoles por medio de la predicación del Evangelio que tanto Juan el bautista como Jesús y sus discípulos predicaron desde Jerusalén hasta llenar todo el mundo conocido del evangelio. De esta manera el evangelio volvería el corazón de los hombres a Dios, pues su llamando pondría a los hombres a reflexionar sobre la condición de su relación con Dios, su necesidad de arrepentirse de sus pecados y de abrazar al Mesías como la única vía para la salvación de sus almas.
La segunda fase del establecimiento del reino de los cielos en la tierra será cuando Jesucristo regrese por segunda ocasión. Allí establecerá su reino por medio de su poder, pues despojará a los gobernantes de este mundo de su autoridad para asumir como el monarca de todas las naciones de la tierra.

Este ya no será un llamado a rendir nuestra autoridad por las buenas, no, este tiempo ya habrá acabado, este será un tiempo en que él establecerá su reino a través del uso de su Poder y Autoridad.
Este es el momento que tanto la creación, las criaturas animales como los creyentes de todos los tiempos esperamos con tanto anhelo. Este será el momento cuando Dios libertará la creación de la opresión a la que la humanidad la ha sometido, este será el momento en que Dios libertará a los que son de la fe de Jesús de la opresión a la que satanás los ha tenido sometido a través de los gobiernos anti-Dios que han tirado por el suelo los mandamientos, valores y principios de la hermosa palabra de Dios
Querido amigo en el momento que Jesús pronuncio estas palabras los judíos allí presentes solo pensaban en el Mesías como un descendiente humano del Rey David pero nunca se imaginaron que este Mesías seria el mismo Hijo de Dios, aquel que no solo vendría para establecer un reino político. Uno exitoso como nunca antes se ha visto, sino que principalmente establecería un gobierno espiritual que comenzaría con un llamado al arrepentimiento de nuestros pecados.
Si amigo mío, porque políticas puedes cambiar la economía de una nación, pero solo el evangelio tiene el poder de transformar el corazón. Pues no importa cuánto un monarca trabaje en nuevas reformas para la transformación de su nación, si su nación está llena de personas egoístas, orgullosas, egocéntricas, codiciosas, lujuriosas, mal agradecidas, ladrones, y corruptos, dicha nación volverá muy rápidamente a la pobreza de donde intentaron sacarla.
Pienso que por esto la primera fase del establecimiento del reino de Dios comienza con el llamado al arrepentimiento de todas las personas en todo el mundo, a fin de que cuando el venga para establecer su reino, lo establezca sobre personas que han reconocido que no están en su reino por sus propias justicias sino por la misericordia del Dios Todopoderoso que a pesar de sus pecados les concedió el arrepentimiento y la fe que necesitaban para abrazar a Jesús como su Señor y Salvador.
Querido amigo, ciertísimamente llegará el día en que Jesucristo se sentará en el trono de David para desde allí establecer un nuevo gobierno espiritual, político y mundial donde la inseguridad ciudadana, la corrupción, la desigualdad, el hambre, la escases, las enfermedades, los virus letales, la ansiedad, la depresión y cualquier otro mal será una cosa del pasado.
Pero la pregunta es:
¿Quiénes serán los ciudadanos de ese esperado reino? Sabes una cosa, no serán los poderosos y déspotas, no serán aquellos que han rechazado y menospreciado el señorío de Jesucristo sino los humildes, todos aquellos que han confesado con su boca y corazón que Jesucristo es el Señor.
Así que por todo esto te invito a reconocer a Jesucristo como el Señor de tu vida, te invito a unirte a la gran familia de la fe, aquellos en los cuales el reino de los cielos ya fue establecido, te invito a gozar de la esperanza bienaventurada de la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, te invito a unirte a la iglesia del Señor aquellos que esperamos que Cristo regrese y consuma en esta tierra su reino espiritual, político y social, un reino extraordinario que jamás se ha visto.

¡Bendiciones miles!

 

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Escrito por Juan Francisco Tejeda

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