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En Gracia y Sabiduría

La parábola de las diez minas

todayjunio 29, 2022 179

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Lectura: Lucas 19:11-27 (LBLA)

Estando ellos oyendo estas cosas, continuando Jesús, dijo una parábola, porque Él estaba cerca de Jerusalén y ellos pensaban que el reino de Dios iba a aparecer de un momento a otro. Por eso dijo: Cierto hombre de familia noble fue a un país lejano a recibir un reino para sí y después volver. Y llamando a diez de sus siervos, les dio diez minas y les dijo: «Negociad con esto hasta que yo regrese». Pero sus ciudadanos lo odiaban, y enviaron una delegación tras él, diciendo: «No queremos que este reine sobre nosotros». Y sucedió que al regresar él, después de haber recibido el reino, mandó llamar a su presencia a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que habían ganado negociando. Y se presentó el primero, diciendo: «Señor, tu mina ha producido diez minas más». Y él le dijo: «Bien hecho, buen siervo, puesto que has sido fiel en lo muy poco, ten autoridad sobre diez ciudades». Entonces vino el segundo, diciendo: «Tu mina, señor, ha producido cinco minas». Y dijo también a este: «Y tú vas a estar sobre cinco ciudades». Y vino otro, diciendo: «Señor, aquí está tu mina, que he tenido guardada en un pañuelo; pues te tenía miedo, porque eres un hombre exigente, que recoges lo que no depositaste y siegas lo que no sembraste». Él le contestó: «Siervo inútil, por tus propias palabras te voy a juzgar. ¿Sabías que yo soy un hombre exigente, que recojo lo que no deposité y siego lo que no sembré? Entonces, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco, y al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses?». Y dijo a los que estaban presentes: «Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas». Y ellos le dijeron: «Señor, él ya tiene diez minas». Os digo, que a cualquiera que tiene, más le será dado, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Pero a estos mis enemigos, que no querían que reinara sobre ellos, traedlos acá y matadlos delante de mí. www.lbla.com

Se acercan a Jerusalem, y todos esperan momentos decisivos (en eso tienen toda la razón). La parábola que cuenta Jesús es similar a la de los talentos, pero guarda algunas diferencias.

Las circunstancias: Lucas nos dice que la razón por la que Jesús cuenta esta parábola es porque ellos pensaban que el Reino de Dios iba a aparecer de un momento a otro. Algunos esperaban que Jesús se proclamara rey de Israel y los romanos e idumeos que gobernaban fueran expulsados. Quizás algunos ya se habían dado cuenta de que la naturaleza del Reino de Dios había sido descripta no de una manera temporal y terrenal, sino que Jesús vino a traer el Reino eterno y celestial de Dios a nosotros.

Con esta parábola Jesús les hace cambiar el foco, les hace ver que lo importante no es el cuándo sino otra cosa.

La historia: el relato es sencillo. Un rey (Jesús mismo) que debe viajar para recibir su reino, y mientras él vuelve deja una cierta cantidad de dinero a diferentes siervos. Al regreso del rey los siervos dan cuenta de lo que han hecho con el dinero que les dejó. Dos de ellos son recompensados por sus esfuerzos por hacer que el dinero recibido diera fruto, mientras que el tercero, que se ha limitado a  guardar la mina que se le ha dado, recibe la reprimenda y el castigo del rey.

Lo que aprendemos: La Biblia nos enseña que cada uno de nosotros hemos recibido dones, por el Espíritu del Señor. ¿Para qué? Para glorificar a Dios y edificar a la iglesia. Tendremos que rendir cuenta de lo que hemos hecho cuando el Señor regrese. ¿Y entonces? ¿Cómo estamos usando los dones que Dios nos ha dado? ¿Cómo estamos desarrollando esas capacidades? ¿Las escondemos o las ponemos al servicio del Señor?

Otro aprendizaje valioso que debemos hacer es que como hijos de Dios, anhelamos su venida, y sabemos que cada día que pasa es un día menos para ver el Reino de Dios establecido definitivamente. Mientras esperamos su regreso debemos seguir sirviéndole, para que cuando Él vuelva no nos encuentre ociosos sino trabajando para la extensión del Evangelio.

 

PARA PENSAR: Como quienes esperamos el regreso del Rey de Reyes aprovechemos bien el tiempo, esforcémonos en alcanzar a quienes aún no le conocen, extendamos la maravilla de Su Evangelio.

Sebastian Winkler (213)

Sebastián Winkler. Discípulo de Jesús, esposo de Karina y papá de Julia y Emilia. Profesor de Lengua y Literatura. Estudia la diplomatura en Biblia y Teología en el Instituo de Expositores de Argentina. Sirve en la Iglesia Bíblica Lincoln; colabora en Soldados de Jesucristo y es el autor del blog: engraciaysabiduria.com

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Escrito por Sebastian Winkler

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