Dedications
Jorge Reyes Rabito - Un Pacto Con Dios Bendiciones, gracias por la programacion, es de bendicion. José Montero La Visión - Del grupo Para Su Gloria A mi querido hermano Jaime Blandón. Jacqueline Guzman Sovereign Grace Music & La IBI - El Dios Que Adoramos Un saludo a los hermanos de la Iglesia Bautista Resurrección de Palacaguina

Aerobicos del Alma

¿Ya hablaste con Dios acerca de tus planes?

todaydiciembre 7, 2022 253

Fondo
share close

No puedes presentarte delante de Dios con agendas escondidas. Recuerda que estamos ante su omnisciencia, ante su majestuosa omnipresencia. Es por esto que para experimentar las grandes cosas en la iglesia tenemos que ponerlo todo sobre el tapete. Dejar las cartas descubiertas sobre la mesa. No sólo porque Dios conoce las intenciones del corazón, sino porque también Él sabe si estamos haciendo las cosas con la motivación correcta, con la actitud adecuada.

 

El presupuesto, los programas, las clases, la visión: todo debe reconsiderarse delante de Dios. Tenemos que entregárselo todo a Él y pedirle que nos muestre sus prioridades y propósitos. A veces nos desgastamos, casi desfallecemos en lograr nuestros propios planes, pero nos hemos preguntado: ¿Es este realmente el plan de Dios para la iglesia?

 

Cuando el pastor David Platt, en su estudio para grupos pequeños “Radical”, nos dice esto es obvio que no se está refiriendo a aspectos bíblicos esenciales ni a asuntos teológicos no negociables. No tenemos que cambiar la Palabra de Dios ni las verdades maravillosas del evangelio.

 

En Hechos 6:1-7, cuando surgió una necesidad por la distribución diaria de los alimentos, la iglesia realmente no cambió su verdadero enfoque ministerial. Simplemente miraron las prioridades, le dieron la importancia a la Palabra y delegaron funciones a través de los diáconos, que fueron elegidos de acuerdo a un patrón bíblico. ¿Cómo eran estos hombres? La Biblia nos responde: “eran de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría” (Hechos 6:3).

 

Como resultado de hacer las cosas bien, de seguir el orden correcto, para glorificar a Dios (y sin ningún afán de protagonismo), el resultado fue maravilloso. La Biblia dice: “Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe” (Hechos 6:7).

 

¿Qué cosas específicas en su iglesia tiene usted la capacidad de poner sobre el tapete para que se revalúen? ¿Cómo se podría hacer lo anterior sin crear un espíritu de desunión en la iglesia?

 

En Mateo 16:13-20, luego de que Jesús hace una pregunta: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Las respuestas de los discípulos son varias, pero todo cambia cuando Él personaliza la pregunta: ¿Y ustedes qué piensan, qué dicen? Pedro hace una afirmación contundente al responder “tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. En este pasaje bíblico Jesús usa la palabra iglesia y dice que las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella. Nos manda, entre otras cosas, a ocupar un papel activo en el avance del evangelio.

 

Si queremos seguir el mandato de Jesús de llevar la luz en medio de las tinieblas, tenemos que liberarnos de lo que nos detiene. En otras palabras, necesitamos dejar ciertas cosas y poner a Jesús en primer lugar. ¿Estamos dispuestos a hacer esto, a poner nuestra vida delante de Jesús para que Él quite lo que tenga que quitar? ¿Estamos dispuestos a mengüar para que Cristo crezca en nosotros?

 

Definitivamente no es fácil. Muchas veces los líderes han desfigurado tanto la visión, el propósito, que vemos más a una iglesia apegada a los programas, al edificio, al presupuesto. Pareciera que es más importante construir una estructura de dos millones de dólares que invertir ese dinero en alcanzar a los perdidos. ¿Qué es más importante, el edificio o la gente? Ahora, en tiempos de pandemia, cuán relevante es tener claro esto.

 

¿Por qué no invertir esos recursos en esfuerzos misioneros de largo alcance? ¿Por qué no salir de nuestra zona de comodidad para impactar las vidas de otros con la luz del evangelio de Jesucristo? Estas son preguntas que valen la pena analizar mientras ponemos todo sobre el tapete. ¿Es esto lo que quiere Dios de nosotros? ¿Estamos avanzando en la dirección correcta? Y si no es así, ¿estamos dispuestos a enderezar el rumbo?

 

A la luz de todo lo anterior, el pastor David Platt dice: “Si damos juntos este paso de entrega y obediencia, veremos que somos parte de un movimiento del pueblo de Dios que está logrando cumplir el propósito de Dios”.

El pastor Platt termina retándonos con una serie de preguntas. ¿Está su iglesia dispuesta a poner sobre el tapete cada programa que se ha creado, cada innovación adoptada, cada edificio construido, cada idea formulada, cada equipo armado y cada actividad organizada? ¿Estamos dispuestos a preguntarle a Dios si existe una mejor manera de usar el tiempo, la energía y el dinero que Él nos ha dado para su gloria?

 

Y por último, ¿Qué harías si Dios quiere cambiar las cosas en tu iglesia o en tus planes personales? ¿Qué tal si Dios quiere que dejes de invertir tiempo y esfuerzo propio en conseguir dinero para ese proyecto y mas bien te está invitando a seguir sus planes? ¿Estarías dispuesto o dispuesta a poner todo sobre el tapete? Recuerda, los planes de Dios siempre son mejores que los nuestros.

Carlos Pulgarin (16)

Carlos Pulgarin es pastor y periodista. Dejó su natal Colombia hace más de 20 años y se radicó en Canadá, país en el que ha trabajado como plantador de iglesias con la Canadian Baptist Convention. En el 2012 inició el ministerio Zona Cero Baptist Ministries, una iglesia hispana plantada en Surrey, BC (Canadá), en la que se desempeñó como pastor por 10 años.
En la actualidad, vive en Red Deer, AB (Canadá). Mientras toma un tiempo sabático, se dedica a escribir y a entablar puentes con la comunidad.

El pastor Carlos escribe desde hace 15 años en el periódico hispano Sin Fronteras News, espacio que ha sido usado por Dios para tocar la vida de muchos lectores. Carlos está casado con la doctora Ana Esther Guerrero y es padre de Jacob (25 años) y Aarón (20 años). Toda la familia está sirviendo en el ministerio.

Escrito por Carlos Pulgarin

Rate it

Publicaciones similares


0%