No cometerás adulterio

No cometerás adulterio.

Éxodo 20:14

¿Cómo manda Dios a amar al prójimo? Mostrando fidelidad a la persona con la que nos hemos unido en matrimonio.

Hay mucho que decir sobre la esencia de este mandato, pero quiero concentrarme en tres aspectos básicamente: su naturaleza, su extensión y su propósito.

En cuanto a su naturaleza, lo que se prohíbe con este mandato es la práctica de la poligamia. Dios ha creado al hombre de tal manera que pueda relacionarse en una relación íntima con una pareja del sexo opuesto por medio del vínculo matrimonial, esto es, una relación que busca la procreación y el deleite mutuo.

Lo que Dios deja ver en este mandamiento es que para un hombre debe ser suficiente una sola esposa como mujer y para una mujer debe ser suficiente un solo esposo como marido. Esto no es muy popular hoy y es la razón por la que el matrimonio no es precisamente lo que viene a la mente de un par de jóvenes enamorados, pero es lo que Dios espera que sucede.

En cuanto a su extensión, es necesario mencionar que este mandamiento no es solamente una orden a permanecer fiel en una relación de matrimonio, sino que es una prohibición por extensión de todo abuso de la sexualidad fuera del orden establecido por Dios. El adulterio por extensión abarca todas las otras formas de pecado sexual prohibidas también de manera expresa en las Escrituras, Pero va más allá aún, en palabras de Jesús:

Han oído el mandamiento que dice: “No cometas adulterio” Pero yo digo que el que mira con pasión sexual a una mujer ya ha cometido adulterio con ella en el corazón.

La idea aquí es «QUE EL ADULTERIO NO SOLO ES LA CONSUMACIÓN FÍSICA DE LA INFIDELIDAD CONYUGAL, SINO EL DESEO LUJURIOSO POR UNA PERSONA AJENA AL MATRIMONIO».

Lo que esto quiere decir es que el adulterio es algo que también se consuma en el corazón. Dios demanda fidelidad completa a nuestra pareja.

En cuanto al propósito, esto nos ayuda a entender lo que nos puede parecer riguroso a primera instancia, y es que Dios ha establecido el matrimonio como un reflejo de la relación de Jesús con la iglesia que él ha salvado, de modo que en el ideal, lo que se espera es que los esposos puedan ser un ejemplo de fidelidad como Dios es fiel y de la misma manera las esposas. El matrimonio es una recreación a pequeña escala del amor De Dios por su pueblo y es por eso que él demanda no solo respeto sino una expresión profunda de fidelidad. Bendito sea el Señor.

Para meditar y profundizar, Malaquías 2:1-16