El Rey, Su Reino y Su Voluntad

Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

Mateo 6:10

Orar implica reconocer que Dios es nuestro Padre, que tenemos una relación cercana y segura con él. Pero es no es todo. Orar también implica que Dios es Rey, que él gobierna sobre todo y que desea hacer su voluntad en nuestras vidas. Esto es maravilloso.

Nosotros nos pasamos la vida buscando hacer las cosas a nuestra manera. Desde que nacemos tenemos la inclinación a querer hacer nuestra voluntad y es precisamente por eso que lo primero que hacemos es llorar, es el reclamo prematuro del cumplimiento de nuestros deseos.

Pero la oración nos ayuda a entender que hay una voluntad que es mejor que la nuestra, una que viene de arriba, del Dios que todo lo sabe y lo conoce todo, asi que nuestro llamado es rendirnos a su voluntad.

Clamar diciendo: venga tu reino, es desear que él gobierne todo en nuestras vidas. Podemos pedír que su reino venga a nuestras familias, a nuestros vecinos, a nuestro trabajo, a nuestra propia vida. Su reino es un reino de paz, de gozo y de abundante gracia, por lo que someternos a ese reinado no es algo dificil, sino todo lo contrario, es beneficioso para nuestra alma.

Clamar diciendo hágase tu voluntad, es reconocer que su voluntad es mejor que la nuestra. Es pedir a Dios que nos libre de nuestros malos deseos, de las cosas que anhelamos que no son para nuestro bien sino para nuestro mal; es rendirnos en humildad, es reconocer que nosotros no lo sabemos todo, pero que él todo lo concoe.

Orar de esta manera es de gran provecho. A veces Dios responde si, aveces él dice no, y aveces todavia no; en cualquier caso podemos descansar en el hehco de que su voluntad es mejor que la nuestra y que su reino mejor que lo que nosotros podamos esperar.

Orar de esta manera trae descanso. Al final estamos convencidos que si las cosas no salieron como lo esperamos, al menos estamos seguros que salieron como él lo quiso y eso es mejor.

Debemos anhelar el Reino, el gobierno de Dios en todo en nuestras vidas, al mismo tiempo que rendirnos a su voluntad la cual es buena, agradable y perfecta.

Para meditar y profundizar; ISAIAS 55:9