No necesitas conocer el futuro

Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios lo cambió en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la vida de mucha gente.

Génesis 50:20

¿Te has imaginado alguna vez cómo sería tu vida si pudieras conocer el futuro?  Suena interesante, sin embargo, ¿cuál futuro? ¿Mañana, la próxima semana o el próximo minuto? Tal vez pienses en cómo te verás en 10 años en un día específico, pero eso todavía no resuelve el problema de saber cómo llegaste allá o si pudieras evitarlo en caso de que no sea agradable; pues bien creo que la vida tiene más sentido cuando no sabemos lo que pasará y vivimos un día a la vez, definitivamente no hemos sido diseñados para llevar la carga de nuestro futuro sobre nuestros hombres.

La historia de José el hijo de Jacob es emocionante. Fue vendido por sus hermanos como un esclavo, luego llegó a la casa de un hombre que le dio su confianza, pero su mujer lo acusó falsamente de abusar de ella, fue enviado a la cárcel por largos años y encerrado entre penas volvió a ver salida para ser coronado como el segundo hombre más importante de Egipto, solo después de Faraón.

Cuando por fin José pudo encontrarse con los hermanos que le vendieron, ellos temían que él pudiera tomar represalias, pero no, él responde diciendo: ustedes planearon un mal, pero Dios lo convirtió en un bien y es por eso que ahora yo puedo salvarles la vida.

Eso no quita que José no haya pasado momentos amargos o que el camino no haya sido duro, pero ahora, desde la perspectiva divina entiende que todo lo que atravesó hizo parte del plan soberano de Dios, él fue quien terminó preservando a Los hijos de Jacob de morir de hambre y guardar así el linaje que Dios había escogido para traer al Mesías.

Cada momento de la vida de José, por muy amargo que fuera, estaba contribuyendo a un plan más grande que él, el plan de Dios.

Esta es una muestra de por qué debemos ser agradecidos aún en los momentos más difíciles, porque no tenemos ni idea de lo qué Dios hará en el futuro cercano o lejano, ¡oh! Pero la buena noticia es que Dios si y eso debe darnos descanso.

En lugar de renegar hoy por la situación que vives, ¿por qué no escoger mejor dar gracias al Dios que está trabajando para el futuro que nos aguarda? Porque de cierto, ya sea en esta vida o en la venidera, el Señor hará su santa, buena y perfecta voluntad.