No seas gobernado por tus emociones sino por su Palabra

¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mi? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

Salmo 42:5

Cuántas veces las aflicciones del mundo, las pruebas y las luchas diarias nos afligen hasta sentirnos emocionalmente golpeados. Nos llenamos de sentimientos de tristeza y desánimo ¿qué hacer entonces?

Pocas personas en la Biblia pasaron por tantas crisis emocionales como el rey David. Las persecuciones y las guerras lo llevaban a experimentar sentimientos de frustración e impotencia; sin embargo, es interesante ver cómo David entendía perfectamente la debilidad de su alma o sus sentimientos, en contraste con la firmeza de la confianza en Dios.

Los creyentes no somos definidos por lo que sentimos. Nuestras emociones pueden llevarnos a conclusiones falsas acerca de nuestra real condición, nosotros somos definidos por lo que Dios dice en Su Palabra, de modo que cuando comenzamos a desmayar por causa de las circunstancias, debemos correr a ella y morar bajo su sombra.

Esto es un punto importante. A veces nos ocupamos de orar cuando tenemos un malestar físico o una enfermedad del cuerpo, pero no cuando nuestra alma se abate. Hay una lucha dentro de nosotros que a veces se traslada al plano emocional y allí debemos acudir a la Palabra de Dios.

Nuestra alma debe ser informada con la Biblia, así no serán nuestros sentimientos los que nos gobiernen, sino la inquebrantable y Toda suficiente Palabra de Dios.

Con mucha facilidad olvidamos lo que el Señor ha hecho, las otras veces que hemos sido librados por la mano de Dios, y es allí donde debemos acudir con confianza al ancla de nuestras almas, la Palabra del Todo Poderoso