Créelo
Jesús pasó 40 días entrenando y desarrollando a sus discípulos después de su resurrección. Él apareció en sus reuniones. Se reveló a sus seguidores a lo largo de los caminos y al lado del mar de Galilea. Se les apareció a puerta cerrada. Los buscó uno por uno y en grupos. Aprendieron que podían confiar en Él para encontrarlos donde quiera que fueran. Nada impide que Jesús venga a ti. ¿Cree usted esto?
Ahora, ese mismo día, dos de ellos iban a un pueblo llamado Emaús, a unas siete millas de Jerusalén. Estaban hablando entre ellos sobre todo lo que había sucedido. Mientras hablaban y discutían estas cosas entre ellos, Jesús mismo se acercó y caminó con ellos. – Lucas 24: 13-15
Oración:
Jesús, transforma mi perspectiva con esta verdad: vienes a mí donde quiera que esté; nada te impide encontrarme. Dame ojos para reconocer tu presencia. Crece mi confianza y confianza en ti. En tu nombre oro, amén.