Lectura: Lucas 6:6-11 (LBLA)
Y en otro día de reposo entró en la sinagoga y enseñaba; y había allí un hombre que tenía la mano derecha seca. Y los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si sanaba en el día de reposo, a fin de encontrar de qué acusarle. Pero Él sabía lo que ellos estaban pensando, y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ven acá. Y él, levantándose, se le acercó. Entonces Jesús les dijo: Yo os pregunto: ¿es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer mal; salvar una vida o destruirla? Y después de mirarlos a todos a su alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano quedó sanada. Pero ellos se llenaron de ira, y discutían entre sí qué podrían hacerle a Jesús. www.lbla.com
Después de haber anunciado que Él es el Señor del sábado, el Señor Jesús enseña en una sinagoga un sábado también.
¿Qué importancia tienen para los escribas y fariseos las tradiciones y mandamientos con los que piensan agradar a Dios? ¿No está toda La Escritura llena de llamados del Señor a la misericordia por sobre la ritualidad vacía? ¿Cuántas veces los profetas confrontaron a Israel con su superficialidad e hipocresía?
Jesús, que conoce el corazón de ellos, expone su dureza, al preguntarles. ¿Qué opinan ustedes? ¿Está mal ayudar al que sufre? ¿Dios quiere que pongamos nuestro ritualismo y tradición por encima de un ser hecho a su imagen y semejanza?
Aunque no digan nada, la dureza es tal que no pueden asombrarse ante la bondad de Dios, que con un simple gesto transforma la vida de este hombre.
PARA PENSAR: ¿Tenemos siempre la mirada de Jesús sobre la dignidad del otro? ¿Vemos la imagen de Dios en el que está al lado nuestro?