El Gozo de vernos cara a cara

Tengo muchas cosas que escribiros, pero no he querido hacerlo por medio de papel y tinta, pues espero ir a vosotros y hablar cara a cara, para que nuestro gozo sea cumplido.

2a de Juan 12)

Vivimos en una generación cada vez más conectada, o desconectada, depende desde dónde lo mire, lo cierto es que eso ha hecho que nuestras relaciones sean cada vez más impersonales.

Poco a poco, los emoticones han reemplazado los gestos y la jota con la a las sonrisas, pero lo realmente problemático es que nos hemos acostumbrados.

En esta carta Juan escribe para manifestar su gozo por hermanos que amaba, al mismo tiempo que los persuadía de mantenerse firmes en la fe contra las asechanzas de los falsos profetas que enseñaban cosas equivocadas acerca de Cristo, pero la forma en que termina la carta es llamativa. Él dice algo como, podría seguir escribiendo más cartas, pero tengo la esperanza de verlos pronto y estar cara a cara, con el propósito de completar el gozo que ya estaba sintiendo.

Es obvio que Juan está considerando el verse cara a cara como algo superior a escribir una carta, al menos en términos del gozo que produce. por supuesto, esto no es una afirmación para considerar que no es bueno escribir, no, más bien es una descripción de lo que es mejor.

Hay algo que sucede cuando nos miramos a los ojos, cuando percibimos de cerca lo que otros quieren transmitirnos y especialmente si son personas que amamos. Es lamentable como toda la comunicación que esposos e incluso entre padres e hijos se limita a lo poco que puedan escribirse durante el día o la semana, es increíble cómo podemos reemplazar sin darnos cuenta el gozo de compartir la verdadera comunión con los que Dios ha puesto a nuestro alrededor.

Dios nos ha provisto muchas maneras de mantener nuestro gozo en alta, especialmente cuando nos congregamos cómo iglesia, pero eso no nos libra de nuestra responsabilidad de esforzarnos en el amor sin fingimiento, genuino, el amor que completa nuestro gozo.

Es cierto que hoy eso de vernos cara a cara es más difícil o desafiante que antes, especialmente por las dificultades que el mundo enfrenta, pero eso debe ayudarnos a desear más profundamente poder mirar a los ojos y amar genuinamente. Que Dios nos ayude en estos días a dar el verdadero valor a las relaciones y que nos guarde de hacerlas superficiales e impersonales.

Para que cuando podamos vernos de frente eso complete nuestro gozo.