Una celebración sincera
Mientras Mary acunaba a su hijo recién nacido, su corazón estaba lleno, abrumado al darse cuenta de que ella sostenía al Hijo de Dios. ¿Te gustaría, como María, como José, como los pastores, tomarte tiempo hoy, esta noche, mañana para maravillarte de lo que Dios ha hecho? Jesús ha nacido. Él está aquí. Ven al pesebre y adora.
Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. 16Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.—Lucas 2: 13-16
Oración:
Señor Dios, nos inclinamos ante el pesebre con asombro y asombro. Adoramos en el nacimiento de Jesús, Tu Hijo, en cuyo nombre oramos, Amén