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En Gracia y Sabiduría

Camino a la cruz

todayagosto 9, 2022 42

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Lectura: Lucas 23:26-32 (LBLA)

Cuando lo llevaban, tomaron a un tal Simón de Cirene que venía del campo y le pusieron la cruz encima para que la llevara detrás de Jesús. Y seguía a Jesús una gran multitud del pueblo y de mujeres que lloraban y se lamentaban por Él. Pero Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloren por Mí; lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos. Porque vienen días en que dirán: “Dichosas las estériles, los vientres que nunca concibieron y los senos que nunca criaron”. Entonces comenzarán a decir a los montes: “Caigan sobre nosotros”; y a los collados: “Cúbrannos”. Porque si en el árbol verde hacen esto, ¿Qué sucederá en el seco?». También llevaban a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos con Él. www.lbla.com

Jesús es conducido a la cruz, a la muerte. Los líderes judíos han cumplido su objetivo. Pero mientras leo este pasaje me asombra ver cómo Jesús afecta la vida de aquellos que comparten, de alguna manera, su camino a la cruz.

Simón de Cirene: no podemos afirmar que este Simón que se menciona aquí era un seguidor de Jesús, porque Lucas nos muestra que venía del campo y que le “pusieron” la cruz encima. Ahora bien, en el Evangelio de Marcos (Mar 15:21) se nos agrega que era el padre de Alejandro y Rufo. Es decir, que para los lectores de este Evangelio estas dos personas eran conocidas. Incluso Pablo nombra a un tal Rufo (Rom 16:13) y su madre (no podemos afirmar con certeza si es el mismo Rufo que menciona Marcos). Es evidente entonces que la historia de este Simón no quedó ahí, ya que sus hijos son parte de la iglesia. Este encuentro “fortuito” convirtió a Simón en un testigo privilegiado de la cruz, y trajo salvación a su casa.

A veces no sabemos los planes del Señor, pero aún en los pequeños eventos confiamos en que Él está obrando.

Las hijas de Jerusalén: Un grupo de mujeres acompaña a Jesús, gimiendo y llorando. Puede tratarse de plañideras (mujeres que usualmente se dedicaban a lamentar la muerte de alguien) o de mujeres realmente tristes por lo injusto del castigo al Señor. De todas maneras, lo que llama la atención es que el Señor, aún a pocos metros de su muerte, se dirige a ellas para consolarlas y llamarlas a poner su fe en Él. “No es por mí por quien tienen que llorar”, les dice, “sino por ustedes mismas”. Cuando Jerusalén sea destruida hasta desearán lo que en aquellos días era motivo de deshonra, tristeza y hasta divorcio: la infertilidad.

Si tratan así a Jesús, el justo. ¿Qué pueden esperar los injustos?

Los malhechores: Junto a Jesús van dos malhechores, dos delincuentes, en apenas unos pocos versículos veremos la maravilla de la gracia en uno de ellos.

 

PARA PENSAR: Muchos están cerca de Jesús y de la cruz. Algunos alcanzan a vislumbrar apenas, lo que está sucediendo, otros lo ignoran. Pero es en la cruz donde el destino de todo hombre se define. ¡Qué al estar ante esa cruz, ante el que entrega ahí su vida, nunca nuestros corazones permanezcan indiferentes!

Sebastian Winkler (213)

Sebastián Winkler. Discípulo de Jesús, esposo de Karina y papá de Julia y Emilia. Profesor de Lengua y Literatura. Estudia la diplomatura en Biblia y Teología en el Instituo de Expositores de Argentina. Sirve en la Iglesia Bíblica Lincoln; colabora en Soldados de Jesucristo y es el autor del blog: engraciaysabiduria.com

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Escrito por Sebastian Winkler

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