¡Despabila!

Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre. Y enseñaba de día en el templo; y de noche, saliendo, se estaba en el monte que se llama de los Olivos. Y todo el pueblo venía a él por la mañana, para oírle en el templo.

Lucas 21:34-38

¡DESPABILA! Era la palabra favorita de mi tío Freddy el cual con voz fuerte y firme nos decía a mi y a mis primos cuando ya era la hora de estar despierto y todavía estamos en la cama, pero esa no era la única vez que lo decía, porque cuando nos veía como idos ahí volvía el tío con su peculiar frase.

En el pasaje de hoy es como que Jesús les dice a sus discípulos ¡despabílense! indicándoles la actitud en la que deben estar frente a la manifestación de las señales catastróficas del fin del mundo.

Literalmente Jesús les dice: “Estad alertas…” es decir, esto no es un simple consejo esto es una orden, y cuando dice esto lo que quiere decir es que debemos tener cuidado, estar de guardia, ser prudente o cautelosos acerca de los acontecimientos del fin del mundo.

¿Y como nos ayuda el hecho de estar alertas? Porque un continuo estado de alerta en nuestra vida nos mantendrá consientes del peligro de perder la fe, la esperanza y el gozo de estar delante de Jesucristo con la satisfacción de haber vivido conforme a la voluntad de Dios.

Estar alertas nos ayuda a mantener a raya un corazón que todos los días de nuestra vida nos tienta con olvidarnos de las promesas de Dios de acabar con todo sufrimiento en este mundo y establecer un reino donde mora la justicia y la verdad.

Estar alertas es el antídoto para que nuestros corazones no se carguen con las preocupaciones de este mundo, así como viven las personas sin esperanza en este mundo.

Jesús mismo nos dice que estar alertas es el remedio para que nuestra mente no se entristezca con las dificultades de este mundo, por eso si no vivimos en estado de alerta la desesperanza nos puede conducir a un abuso de las bebidas alcohólicas a fin de calmar nuestras ansiedades a la manera del mundo.

Otra de las consecuencias de no vivir en estado de alerta es que nos lleva a vivir sin la expectación de la segunda venida de Cristo y cuando esto pasa es muy posible que nos entreguemos a vivir un estilo de vida loca donde pensamos que lo único que existe es lo que tenemos por delante, que la vida es una y hay que vivir en un desenfreno liberal y sin restricciones que nos mantiene en una vida disoluta.

Una ración diaria de sentido de alerta es lo que nos permitirá mantenernos esperando el eminente retorno de nuestro salvador Jesucristo, en vez de que este día nos atrape repentinamente, así como repentinamente y sin esperarlo un pajarito cae en la trampa de un cazador.

Hermanos que el regreso del Señor Jesucristo nos atrape infraganti seria una de las peores experiencias que un cristiano viva sobre esta tierra, pues en vez de ser un día añorado y esperado por nosotros se convertirá tal como dice el pasaje en un lazo para nosotros.

Por eso debemos mantenernos alertas pues esta es la actitud mas sensata con la que todo creyente debe vivir ya que no hay nada mas seguro que el retorno de Cristo. Este día no solo vendrá para un grupo de personas, sino que como Jesús lo dijo vendrá para todos los que habitan en la tierra.

Ahora bien, ¿Qué es lo que Jesús tiene mente sobre las cosas que debemos hacer en nuestra actitud de alerta?

Según Jesús el estado de alerta debe llevarnos a mantenernos vigilantes de nuestro estado espiritual.

Lo que Jesús nos da a entender es que cada día el corazón del creyente en este mundo se debilitaría sino vive pidiendo al Señor las fuerzas que necesitamos para estar vigilantes para no ceder a las tentaciones de vivir como vive el resto del mundo.

El señor nos dice que la vigilancia debemos hacerlo orando, es decir, manteniéndonos en continua comunión con Dios pidiéndole que nos de las fuerzas para poder escapar de todas estas cosas que habrían de suceder, y además de esto que podamos estar sin vergüenza delante de nuestro salvador Jesucristo.

Querido hermano y amigo, ¿Cuál es tu condición espiritual en estos momentos? ¿Serás que has perdido el sentido de esperanza en el regreso glorioso de nuestro Señor Jesucristo? ¿Será que ya has comenzado a vivir de fiesta en fiesta viviendo la vida loca porque has dejado de creer en el retorno de Cristo? ¿Sera que vives así porque consideras su retorno una fabula o cuento de ciencia ficción?

Hermano ¿Será que estas cansado por cargarte continuamente de las preocupaciones de este mundo?

Hermano, ¡Despabilémonos! Hermanos ¡sacudamos la cabeza y volvamos y tomemos las armas de nuestra milicia que nos carnales sino poderosas en Cristo para la destrucción de fortalezas!

Amados las consecuencias que nos ha dejado esta pandemia a sido un acto de misericordia de parte de Dios hacia nosotros, ha sido como la voz de mi tío cuando todavía estaba dormido, con esta pandemia Dios nos ha abierto los ojos ante las realidades del fin del mundo que él nos habló en las Escrituras.

Ya nos dimos cuenta que no podremos encarar estas situaciones en nuestras escasas fuerzas pues el hombre ha comprendido que ante estos diminutos virus prácticamente no puede hacer nada, y esto no se quedará allí porque como sabemos estos son los dolores de parto que nos habla la biblia, y lo que deberíamos hacer es dedicarnos a la oración y a la vigilancia de nuestras almas porque estas están tentadas a dejarse arrastrar por la corriente de este mundo.

Hermanos, vivamos en alerta, dediquémonos a la oración y mantengamos nuestra esperanza porque hoy nuestra salvación esta más cerca de nosotros que cuando creímos.

¡Maranata! ¡Cristo viene! ¡Bendiciones miles!