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Aerobicos del Alma

Siempre Hay una Salida

todayseptiembre 28, 2022 38

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Tal vez has tenido un día malo. Puede ser que has pasado por una semana o un mes difícil. O, aun peor, tu pesadilla –de la que pareces no despertar—se ha prolongado por años. Cualquiera que sea tu situación, no pierdas la esperanza. Aunque todo se vea oscuro, lo cierto es que hay una salida. Siempre hay una salida.

En el camino de la prueba, del ‘desierto espiritual’, aprendes a conocerte ti mismo y, de paso, conoces a los que te rodean, aprendes en realidad a conocer a tus verdaderos amigos. Aprendes que la vida no es solo fiesta.

David, el rey, “el hombre conforme al corazón de Dios”, ese que se equivocó tantas veces, pero el mismo que en sus momentos más duros nunca dejó de volver a los brazos del Padre, nos da un ejemplo maravillo de lo que debe ser nuestra confianza en Dios, aun en los momentos más duros.

El Salmo 3 comienza con una exclamación de súplica y dolor que pareciera un reclamo, pero que no es otra cosa que una declaración de confianza. “¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí”.

Son esos momentos en los cuales todo parece ponerse en contra nuestra. Esas situaciones de dolor extremo, de soledad, de impotencia. Por eso en este Salmo se entremezclan el lamento con la confianza. Es un modelo de alabanza, de paz y de oración en medio de las presiones y de las circunstancias más adversas.

¿Era real el problema que estaba enfrentando David? ¿Era tan grave para llevarlo a ese extremo? La respuesta es sí. El rey David no estaba peleando con molinos de viento, él no se estaba enfrentando a gigantes imaginarios. No, todo lo contrario, su vida estaba en juego y la muerte pisaba sus talones.

En este salmo podemos encontrar una nota que dice algo del contexto: “Salmo de David, cuando huía de delante de Absalón su hijo”. No solo enfrentaba un serio problema, sino que su problema se hacia aun más doloroso al provenir la amenaza de su propia familia, su hijo quería matarlo.

Y en esos momentos de dolor, cuando David esperaba escuchar palabras de ánimo de algunos, lo que oyó fue reproches, fue algo así como: tan mal debe andar el rey que hasta Dios se olvidó de él. El versículo 2 dice: “Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios”.

Vamos a seguir el consejo de David para encontrar luz al final del túnel, para hallar esperanza en medio de la debacle, para aferrarnos a la confianza en medio de la incertidumbre. David, en este Salmo, comparte un secreto para enfrentar la adversidad.

Si leemos el Salmo 3, podremos identificar tres partes en esos ocho versículos. Primero aparece la dificultad, la necesidad. Después, como segundo, surge la paz en medio de la tormenta. Y tercero, como respuesta por el favor de Dios, la oración de gratitud, de confianza.

¿Qué haces cuando te encuentras en un estado profundo de desesperación? En los dos primeros versículos pareciera que lo que hace David es una identificación del problema. Es como si dijera: Señor, yo sé que tú todo lo sabes, pero déjame decirlo con mis labios, déjame visualizar a lo que me enfrento.

En el versículo tres todo cambia. Porque cuando recuerdas que no estás solo, que el Señor es tu pastor, entonces la confianza aflora y la paz regresa. Pareciera que David gritara: Mis problemas son muchos, mis enemigos se han multiplicado… “Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria y el que levanta mi cabeza”. Y todo no termina ahí, el salmista continúa declarando el poder y la majestad de Dios que tiene control de todas las cosas: “Con mi voz clamé a Jehová, y él me respondió”.

La nube gris que estaba sobre tu vida comienza a correrse y ahora empiezas a ver el sol radiante, un sol color esperanza. Los siguientes versículos nos recuerdan que nuestro Dios es más grande que la dificultad que enfrentamos.

¿Quién guarda nuestro sueño? ¿Quién nos defiende? ¿Quién es el autor de nuestra salvación? David, continúa diciendo: “Yo me acosté y dormí”. Y el salmista deposita plenamente su confianza en Dios cuando reconoce que, al despertar, el Señor le sustentaba.

Recobramos el valor y la confianza cuando recordamos el poder y la protección de Dios. Por eso David afirma: “No temeré a diez millares de gente, que pusieres sitio contra mí”. Maravilloso saber que él es Dios.

Aunque alguien le haya puesto precio a tu cabeza, Dios es el dueño de la vida. Aunque te hayan dejado solo, él nunca te dejará y siempre se sustentará con la diestra de su justicia. Aunque te sientas abatido, él trae paz a tu corazón. Él es tu escudo, tu roca fuerte.

De manera que, en medio de la crisis, identifica el problema. Luego, mira las cosas con el mismo cristal de Dios, eso nos da una buena actitud y nos ayuda a encontrar propósito aún en medio del dolor. Y acto seguido, alábale porque él es Dios que te ama, te protege y te va a mostrar que siempre hay una salida.

Carlos Pulgarin (16)

Carlos Pulgarin es pastor y periodista. Dejó su natal Colombia hace más de 20 años y se radicó en Canadá, país en el que ha trabajado como plantador de iglesias con la Canadian Baptist Convention. En el 2012 inició el ministerio Zona Cero Baptist Ministries, una iglesia hispana plantada en Surrey, BC (Canadá), en la que se desempeñó como pastor por 10 años.
En la actualidad, vive en Red Deer, AB (Canadá). Mientras toma un tiempo sabático, se dedica a escribir y a entablar puentes con la comunidad.

El pastor Carlos escribe desde hace 15 años en el periódico hispano Sin Fronteras News, espacio que ha sido usado por Dios para tocar la vida de muchos lectores. Carlos está casado con la doctora Ana Esther Guerrero y es padre de Jacob (25 años) y Aarón (20 años). Toda la familia está sirviendo en el ministerio.

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Escrito por Carlos Pulgarin

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